Llevó dos días hacer la base del cobertizo, que se asienta sobre un mecanismo giratorio (manual). Para la puesta a punto del cobertizo, hay cables tensores dispuestos diagonalmente. La base es efectivamente una estructura de caja con ruedas. «Todo es increíblemente de baja tecnología, lo que me gusta», comenta Nathalie de Leval. «Es un encapsulado plano». No obstante, la estructura tenía que ser muy precisa, ya que las ventanas de Crittall debían caber en la fachada terminal. El acabado liso del cobertizo fue obra de Nicholas Chandor, un diseñador que ha trabajado con frecuencia con Paul Smith.
Las maderas de frondosas térmicamente modificadas parecían una buena opción, ya que tienen una clasificación de durabilidad de calidad 1. Nathalie visitó a Morgan Timber, en Kent, y eligió madera de ash térmicamente modificada por su riqueza de color y de fibra. La madera se dejó sin cepillar, exactamente como llegó a Inglaterra, y tiene mucho carácter. El único destello de color es una tira de metal de color verde brillante cerca de la puerta. El asesoramiento sobre la estructura, que tenía que ser desmontable, provino de Arup.
Como era de esperar, la gran cantidad de ash estadounidense térmicamente tratado que se utilizó para construir el cobertizo fue un factor decisivo para el impacto ambiental, tanto positivo como negativo. Por un lado, la energía generada a partir de desechos de madera durante la fabricación y al final de la vida útil compensa la mayor parte de las emisiones de carbono. Con solo unas pocas modificaciones, tales como una pequeña reducción en el número de fijaciones metálicas utilizadas, el cobertizo sería neutro en carbono, desde el inicio hasta el final. El uso de ash térmicamente modificado también conlleva que el cobertizo sea muy duradero y tenga el potencial de proporcionar almacenamiento de carbono durante muchas décadas.
Por otro lado, el uso de ash estadounidense relativamente grande contribuyó a impactos más significativos de acidificación y eutrofización durante el transporte. El secado en cámara del ash también contribuyó a un potencial de creación de ozono fotoquímico (POCP) relativamente alto, lo que pone de relieve la importancia de la durabilidad como factor atenuante para reducir la necesidad de recambio.