El diseño de esta silla requiere el uso de un volumen relativamente grande de madera, y aunque sería posible reducir la cantidad, por ejemplo mediante el uso de la laminación, esto contravendría su finalidad estética. Se ha diseñado para ser pesada y duradera. En términos de sostenibilidad, la durabilidad es un factor importante. El mobiliario de las iglesias puede durar fácilmente más de un siglo, y no hay razón por la que esta silla no pueda hacerlo. Es robusta y no pasará de moda. Sin componentes delicados que puedan estropearse, garantizará una larga vida útil a la madera que encarna.