En su primera visita a Benchmark, a Win Assakul se le advirtió de que habría un problema irresoluble con el movimiento diferencial del latón y la madera, pero encontró una solución. Para Win Assakul, el proyecto fue un gran proceso de aprendizaje, del que salió triunfante. La forma era compleja. «La habíamos diseñado con la menor superficie plana posible en la parte inferior, para enseñar la mayor parte de fibra que pudimos», explica. 

Tomó varias secciones de los dibujos de la fuente hechos en el ordenador y los usó como plantillas. Pese a ello, cada pieza es sutilmente distinta, por el tallado a mano. Assakul utilizó juntas de cola de milano para unir las piezas, después de haber barajado soluciones más sofisticadas pero menos elegantes. Crear las juntas fue un delicado acto de equilibrio: debían estar lo suficientemente apretadas como para encajar, pero no tanto como para necesitar un mazo para separarlas. Creó surcos alrededor de los bordes de las piezas, y el latón simplemente encajó en ellos. El espacio de almacenamiento tiene seis cortes en el extremo, apilados verticalmente, en que se meten las piezas de almacenamiento, suspendidas en corredores.