El uso eficiente del material conllevó que hubiera relativamente pocos desechos de fabricación y que una gran parte del carbono de la madera suministrada a Benchmark acabara almacenada en el bol. Los créditos recibidos por la producción de energía a partir de la madera desechada durante la fabricación fueron casi equivalentes a los recibidos por el desecho final al término de la vida útil. 

El potencial de eutrofización total del bol para fruta fue de 0,03 kg equivalentes de fosfato, cantidad que es prácticamente la misma que la que ocasiona cada año el cultivo de 14 metros cuadrados de tierra para trigo en el Reino Unido. 

Casi todo el potencial de eutrofización de las vasijas fue debido a las emisiones de nitrato durante la quema de combustibles para el transporte y el procesamiento de materiales. No se vinculó apenas ningún potencial de eutrofización al crecimiento de las maderas de frondosas estadounidenses, que prosperan en condiciones naturales y muy raramente requieren fertilizantes. 

El potencial de acidificación del bol para fruta es de 0,26 kg equivalentes de SO2, debido principalmente a las emisiones generadas durante el transporte de las maderas de frondosas de los Estados Unidos al Reino Unido, y se deriva del contenido relativamente alto de azufre de los combustibles marinos. El otro factor significativo que contribuye al potencial de acidificación fue el uso de electricidad de la red tanto en Benchmark, en el Reino Unido, como durante el procesamiento de la madera de frondosas en los Estados Unidos, principalmente para alimentar los ventiladores de los secaderos.