El origen del café se sitúa en Etiopía. Entre los elementos utilizados en la jebena buna, ceremonia del café etíope, se extraen dos objetos útiles para el desarrollo funcional: un estuche donde guardar el café en grano y un mortero.
El desarrollo formal está ligado a sus raíces, inspirado en dos de los monumentos más importantes del país: Arat Kilo y Beta Girorgios.