Antón Álvarez talló un tronco in situ para crear un asiento rústico. La idea de Álvarez era que sería un placer encontrarse con un banco así durante un paso por el bosque. Aunque un caminante cansado podría perfectamente descansar en un tocón de árbol, hay una magia especial en encontrar algo que se ha hecho específicamente, como ese banco.