La intención de Álvarez era lograr la simplicidad, para lo que creó su banco con solo tres cortes mediante el uso de un aserradero portátil y una sierra de cadena. Un extremo del banco sigue siendo madera sin cortar, que todavía lleva la corteza. Álvarez eligió el cherry estadounidense para el proyecto, por ser una de las pocas que se oscurece con el tiempo, en lugar de decolorarse.